Historia

Pals es una villa de gran tradición arrocera. El cultivo del arroz en el municipio, se inició durante el siglo XV, época en la que ya existía un molino que data del año 1452, actualmente propiedad de una de las familias que comercializan arroz en Pals.

El cultivo de este cereal ha estado vinculado desde sus inicios a la realidad cotidiana de la villa, atravesando periodos de decadencia y esplendor. Uno de los declives más importantes se produjo durante el s. XVIII a causa de las graves revueltas populares protagonizadas por los campesinos al considerar que las aguas estancadas de los campos eran la causa directa de las graves enfermedades y epidemias que sufrió la población de la época, provocando la muerte de miles de personas. Las citadas revueltas se agravaron hasta tal punto que en el año 1838 se promulgó una Orden Real que prohibió el cultivo del arroz en la demarcación.

A principios del s. XX, un vecino de Torroella de Montgrí, Pere Coll Rigau se fue a Cuba en busca de fortuna y, cuando regresó, adquirió el Mas Gelabert de Pals y otros terrenos agrícolas para introducir nuevamente el cultivo del arroz en la zona utilizando  métodos modernos basados en la circulación y renovación constante del agua para evitar su putrefacción. Gracias a la aplicación de estas nuevas técnicas, a partir del año 1908, el arroz vuelve a experimentar un impulso que alcanzará su esplendor durante la posguerra i se prolongará hasta mediados del s. XX.

A finales de los años 50 y principios de los 60, coincidiendo con el desarrollo de la industria turística y de servicios, el sector agrícola experimentó un descenso importante; las condiciones de trabajo en el campo eran muy duras (largas jornadas laborales con los pies sumergidos en el agua y la espalda doblada) y, gran parte de la población fue abandonando las tareas agrícolas para dedicarse a este nuevo sector económico que se estaba implementando con fuerza. A pesar de este gran cambio, el cultivo del arroz nunca se abandonó definitivamente, y, con la llegada de la mecanización, algunos payeses continuaron con trabajando los campos hasta llegar a nuestros días donde todavía podemos encontrar en el municipio una veintena de familias vinculadas directamente al cultivo de este cereal.